FICHA TÉCNICA
Título: Hojas de Dedalera
Fecha de
publicación: 2011
Autora: Victoria Álvarez
Editorial: Versátil
Páginas: 520
Precio: 5'95€
SINOPSIS
Londres, 1888. Desde niña, Annabel Lovelace se ha visto obligada a vivir con su tío, guarda del cementerio de Highgate, donde se descubre su extraña habilidad para comunicarse con los muertos, quizá gracias a la enfermedad cardíaca que la obliga vivir entre la vida y la muerte. Años más tarde, una serie de misteriosas casualidades la convertirán en a médium más influyente del Imperio Británico. Sin embargo, su don la llevará a descubrir secretos que debían haber permanecido ocultos y que pondrán en jaque a la aristocracia londinense.
MI OPINIÓN
Jamás pensé que lo diría, pero... este libro de Victoria Álvarez me ha decepcionado. Lo sé, hasta me cuesta decirlo con lo que a mí me gusta la autora, que es de mis favoritas 😭. Y no es porque se trate de un mal libro, qué va. Ha sido por el momento en el que lo he leído y que no me ha enganchado todo lo que me hubiera gustado. Claro, es que estar de exámenes ha afectado a la experiencia, la verdad.
La trama de Hojas de Dedalera se divide en varias partes, eso es algo que creo que deberíais saber. Yo pensaba que pasaría muy poco tiempo hasta que viéramos a la Annabel adulta, y sin embargo no es así. Obviamente sí que la vemos más que a la pequeña, porque es la parte importante del libro, pero la infancia no es una especie de prólogo como yo pensaba que sería. La historia de Annabel Lovelace comienza con sus primeros años de vida, cuando descubre (no es spoiler, lo pone en la sinopsis) que puede ver fantasmas y hablar con ellos. Así entrará en un escenario, por así decirlo, paralelo, entre la realidad de los vivos y la de los muertos. Es en este plano en el que la vamos a acompañar a lo largo de su vida, pasando por ese descubrimiento de secretos relacionados con la aristocracia londinense. Y no es únicamente la trama de Annabel y su don lo que compone el libro, sino que también podemos encontrar subtramas románticas, conflictos entre personajes o temas como las relaciones familiares.
Si soy sincera, lo que menos me ha gustado de todo ha sido la pluma de la autora. Siento que estoy traicionando a Victoria al decir esto y me siento fatal, pero hay una parte positiva: la evolución que hay respecto a otros libros más recientes (La ciudad de las sombras, por ejemplo) es más que notable. A lo largo del libro se va describiendo todo lo que sucede y lo que hay alrededor de la historia (sí, cuando digo todo es todo); si hay una mota de polvo en una estantería, te vas a enterar sí o sí. Absolutamente cada pequeño detalle que te parezca que no es relevante aparece cuidadosamente plasmado. Ciertamente hay algo que no se puede negar, y es que se nota la grandiosa cantidad de documentación que hay detrás de la obra, lo que siempre, sin excepción, sucede con los libros de Victoria Álvarez. Claro, que si sois personas como yo a las que no les guste para nada la excesiva descripción, os puedo asegurar que habrá partes que se os hagan más que tediosas.
La historia de Annabel Lovelace está narrada en tercera persona, pero casi siempre desde la perspectiva de la mencionada protagonista. Lo que creo que está mal ejecutado es que, a pesar de ser una tercera persona enfocada a un solo personaje, hay partes en las que se sale de esa norma para poder contar un mayor abanico de cosas como, por ejemplo, las tramas que atañen a Nathaniel y Scotland Yard. He tenido la constante sensación de que, tal vez, habría sido mejor apostar por una novela contada a través de varias voces y no solamente la de Annabel, porque así no se haría tan pesada la lectura y tampoco resultaría tan chocante ese cambio de punto de vista.
Si bien al principio puede parecer que la trama es de misterio, paranormal e incluso novela negra (por todo el asunto de los asesinatos de Jack el Destripador), hay un giro de 180º respecto al género, que pasa a ser novela romántica pura. Annabel al principio nos lleva de la mano por toda su infancia, pasando por los escasos momentos buenos y los muchos duros que atraviesa. Posteriormente, tras un salto en el tiempo de unos diez años, la acompañamos por su madurez, que está marcada por la reunión con una persona de su pasado con la que sabemos desde el primer momento que tendrá una historia amorosa. Pero no es aquí cuando sucede el giro, sino más o menos en torno a la mitad del libro. Todo se convierte en una historia más edulcorada, sin tramas "negras" a las que nos había acostumbrado la primera parte y con un toque demasiado romántico. Soy la primera persona a la que le gusta leer novelas románticas, pero he de admitir que la relación de Hojas de Dedalera me ha parecido forzada y poco creíble, por lo que el giro acaba siendo muy decepcionante y anticlimático.
Ahora vamos a pasar al asunto que me ha dejado noches en vela, al aspecto de la novela que me ha hecho replantearme la vida (es broma, ya sabéis que soy la persona más dramática de blogger como mínimo): los personajes. Y comenzamos con el plato fuerte, que es Annabel Lovelace. He sentido una dualidad en el personaje que no me ha gustado nada, porque creo que hay dos personas distintas juntas en una misma persona y no resulta realista. Al principio es una niña diferente, con una perspectiva distinta de ver la vida y unas habilidades que la hacen especial. También es luchadora y no se conforma con lo que tiene, sino que quiere encontrar su sitio en el mundo. Sin embargo, cuando llega a adulta, Annabel parece que se olvide de sus ambiciones y de todo lo que la hacía única para dedicar cada uno de sus pensamientos al "amor de su vida", un instalove forzado que no me ha llegado del todo. En ocasiones nos damos cuenta de que piensa reivindicativamente, pero no lleva esas acciones a la práctica y nos deja a mitad, sin concretar sus ganas de que haya cambios. Por otra parte, Victor es el personaje que menos me ha gustado (diréis: ¿es posible?... lo es), y lo que más rabia me da es no saber argumentar por qué. Es simplemente que se refleja como el hombre ideal, el perfecto que va a sacar a Annabel de su "miseria" y que va a romper con todas esas malas experiencias que ella ha vivido. Pero se queda en un personaje plano, que no me ha conseguido transmitir nada y que tampoco he visto necesario que tomara tanto peso en la segunda parte de la novela. En cuanto al resto de personajes, son poco relevantes, sinceramente, el peso recae en Annabel y Victor, que no dejan tiempo para que los demás se desarrollen correctamente. El único que tal vez tenga su momento de gloria es Nathaniel, y su grave problema es la cobardía. Está claro que no lo puede dejar todo por un repentino enamoramiento, pero al menos podría ser sincero con la gente o consigo mismo, puesto que, aunque en el libro no aparezca, está claro que sus acciones repercutirán en su vida personal y acabará por amargar a todas las personas que lo rodeen.
Y para finalizar y no dejar el mal sabor de boca que me parece que estoy dejando con esta reseña, voy a comentar uno de los elementos que hacen que de verdad merezca la pena Hojas de Dedalera. Sé que ya lo he mencionado antes, pero quiero recalcar que la ambientación es maravillosa; con el paso de cada página te da la sensación de que estás conociendo mucho más en profundidad el Londres victoriano. No se aprende en exclusiva de las cosas que había y las que no por aquel entonces, sino que también podemos ver qué costumbres eran las habituales, cómo funcionaba todo el sistema de clases sociales o cómo era la forma de vida entre la aristocracia y sus diferencias con las clases más bajas (hay momentos en los que aparece un barrio bajo de prostitución y nos damos cuenta del gran contraste que hay con lo que se nos ha contado hasta el momento). Así que no, no todo es tan malo y tampoco ha sido la peor lectura del mundo pese a que se me haya hecho muy cuesta arriba por las grandes descripciones y mi nula conexión con los personajes.
PUNTUACIÓN:
CANCIÓN A LA QUE ME RECUERDA EL LIBRO:
La trama de Hojas de Dedalera se divide en varias partes, eso es algo que creo que deberíais saber. Yo pensaba que pasaría muy poco tiempo hasta que viéramos a la Annabel adulta, y sin embargo no es así. Obviamente sí que la vemos más que a la pequeña, porque es la parte importante del libro, pero la infancia no es una especie de prólogo como yo pensaba que sería. La historia de Annabel Lovelace comienza con sus primeros años de vida, cuando descubre (no es spoiler, lo pone en la sinopsis) que puede ver fantasmas y hablar con ellos. Así entrará en un escenario, por así decirlo, paralelo, entre la realidad de los vivos y la de los muertos. Es en este plano en el que la vamos a acompañar a lo largo de su vida, pasando por ese descubrimiento de secretos relacionados con la aristocracia londinense. Y no es únicamente la trama de Annabel y su don lo que compone el libro, sino que también podemos encontrar subtramas románticas, conflictos entre personajes o temas como las relaciones familiares.
Si soy sincera, lo que menos me ha gustado de todo ha sido la pluma de la autora. Siento que estoy traicionando a Victoria al decir esto y me siento fatal, pero hay una parte positiva: la evolución que hay respecto a otros libros más recientes (La ciudad de las sombras, por ejemplo) es más que notable. A lo largo del libro se va describiendo todo lo que sucede y lo que hay alrededor de la historia (sí, cuando digo todo es todo); si hay una mota de polvo en una estantería, te vas a enterar sí o sí. Absolutamente cada pequeño detalle que te parezca que no es relevante aparece cuidadosamente plasmado. Ciertamente hay algo que no se puede negar, y es que se nota la grandiosa cantidad de documentación que hay detrás de la obra, lo que siempre, sin excepción, sucede con los libros de Victoria Álvarez. Claro, que si sois personas como yo a las que no les guste para nada la excesiva descripción, os puedo asegurar que habrá partes que se os hagan más que tediosas.
La historia de Annabel Lovelace está narrada en tercera persona, pero casi siempre desde la perspectiva de la mencionada protagonista. Lo que creo que está mal ejecutado es que, a pesar de ser una tercera persona enfocada a un solo personaje, hay partes en las que se sale de esa norma para poder contar un mayor abanico de cosas como, por ejemplo, las tramas que atañen a Nathaniel y Scotland Yard. He tenido la constante sensación de que, tal vez, habría sido mejor apostar por una novela contada a través de varias voces y no solamente la de Annabel, porque así no se haría tan pesada la lectura y tampoco resultaría tan chocante ese cambio de punto de vista.
Si bien al principio puede parecer que la trama es de misterio, paranormal e incluso novela negra (por todo el asunto de los asesinatos de Jack el Destripador), hay un giro de 180º respecto al género, que pasa a ser novela romántica pura. Annabel al principio nos lleva de la mano por toda su infancia, pasando por los escasos momentos buenos y los muchos duros que atraviesa. Posteriormente, tras un salto en el tiempo de unos diez años, la acompañamos por su madurez, que está marcada por la reunión con una persona de su pasado con la que sabemos desde el primer momento que tendrá una historia amorosa. Pero no es aquí cuando sucede el giro, sino más o menos en torno a la mitad del libro. Todo se convierte en una historia más edulcorada, sin tramas "negras" a las que nos había acostumbrado la primera parte y con un toque demasiado romántico. Soy la primera persona a la que le gusta leer novelas románticas, pero he de admitir que la relación de Hojas de Dedalera me ha parecido forzada y poco creíble, por lo que el giro acaba siendo muy decepcionante y anticlimático.
Ahora vamos a pasar al asunto que me ha dejado noches en vela, al aspecto de la novela que me ha hecho replantearme la vida (es broma, ya sabéis que soy la persona más dramática de blogger como mínimo): los personajes. Y comenzamos con el plato fuerte, que es Annabel Lovelace. He sentido una dualidad en el personaje que no me ha gustado nada, porque creo que hay dos personas distintas juntas en una misma persona y no resulta realista. Al principio es una niña diferente, con una perspectiva distinta de ver la vida y unas habilidades que la hacen especial. También es luchadora y no se conforma con lo que tiene, sino que quiere encontrar su sitio en el mundo. Sin embargo, cuando llega a adulta, Annabel parece que se olvide de sus ambiciones y de todo lo que la hacía única para dedicar cada uno de sus pensamientos al "amor de su vida", un instalove forzado que no me ha llegado del todo. En ocasiones nos damos cuenta de que piensa reivindicativamente, pero no lleva esas acciones a la práctica y nos deja a mitad, sin concretar sus ganas de que haya cambios. Por otra parte, Victor es el personaje que menos me ha gustado (diréis: ¿es posible?... lo es), y lo que más rabia me da es no saber argumentar por qué. Es simplemente que se refleja como el hombre ideal, el perfecto que va a sacar a Annabel de su "miseria" y que va a romper con todas esas malas experiencias que ella ha vivido. Pero se queda en un personaje plano, que no me ha conseguido transmitir nada y que tampoco he visto necesario que tomara tanto peso en la segunda parte de la novela. En cuanto al resto de personajes, son poco relevantes, sinceramente, el peso recae en Annabel y Victor, que no dejan tiempo para que los demás se desarrollen correctamente. El único que tal vez tenga su momento de gloria es Nathaniel, y su grave problema es la cobardía. Está claro que no lo puede dejar todo por un repentino enamoramiento, pero al menos podría ser sincero con la gente o consigo mismo, puesto que, aunque en el libro no aparezca, está claro que sus acciones repercutirán en su vida personal y acabará por amargar a todas las personas que lo rodeen.
Y para finalizar y no dejar el mal sabor de boca que me parece que estoy dejando con esta reseña, voy a comentar uno de los elementos que hacen que de verdad merezca la pena Hojas de Dedalera. Sé que ya lo he mencionado antes, pero quiero recalcar que la ambientación es maravillosa; con el paso de cada página te da la sensación de que estás conociendo mucho más en profundidad el Londres victoriano. No se aprende en exclusiva de las cosas que había y las que no por aquel entonces, sino que también podemos ver qué costumbres eran las habituales, cómo funcionaba todo el sistema de clases sociales o cómo era la forma de vida entre la aristocracia y sus diferencias con las clases más bajas (hay momentos en los que aparece un barrio bajo de prostitución y nos damos cuenta del gran contraste que hay con lo que se nos ha contado hasta el momento). Así que no, no todo es tan malo y tampoco ha sido la peor lectura del mundo pese a que se me haya hecho muy cuesta arriba por las grandes descripciones y mi nula conexión con los personajes.
PUNTUACIÓN:
¿Y vosotr@s, habéis leído Hojas de Dedalera? Contadme qué os pareció en los comentarios 💗
¡Hola! Una pena que el libro no te llegara a enganchar, no todas las novelas pueden o depende del momento. Gracias por la reseña, tengo pendiente leer a Victoria y este año quiero ponerle remedio.
ResponderEliminar¡Un abrazo! =)
¡Hola! Totalmente, depende mucho del momento y la novela en sí. ¡Gracias a ti por leerla! Yo he tenido una experiencia genial con la autora, sobre todo con Silverville, ojalá puedas leer algo suyo pronto. ¡Un abrazo! 🤗
EliminarHola apenas estoy comenzando el blog: Nos seguimos?
ResponderEliminarhttps://litertuliando.blogspot.com
¡Hola! Claro, en cuanto pueda me paso por tu blog ❤️
EliminarHola gracias por la recomendación pero prefiero mejor enfocarme con mis pendientes gracias por la reseña. Saludos.
ResponderEliminar¡Hola! Muchísimas gracias a ti por leerla y tomarte el tiempo de comentar 😊 Sí, ciertamente la lista de pendientes es un asunto del que encargarse cuanto antes 🤭
Eliminar¡Hola! ^^
ResponderEliminarPues a mí este libro me cautivó desde el principio hasta el final, pero es que me encanta Victoria Álvarez. Tiene un estilo único, y sus historias siempre tienen una ambientación magnífica.
Besos!
¡Hola! Te entiendo totalmente, a mí también me encanta Victoria, pero debió ser el momento estresante en el que lo leí, porque sé que tal vez en otras circunstancias lo hubiera disfrutado realmente. Lo que es innegable es el estilo tan fantástico de la autora, ¡y la ambientación! Son geniales <3
Eliminar¡Besos! :)