martes, 9 de febrero de 2021

RESEÑA: HASTA QUE EL INFIERNO NOS SEPARE




FICHA TÉCNICA
Título: Hasta que el infierno nos separe
Fecha de publicación: 19 de mayo de 2020
Autora: Sarah Hogle
Editorial: Espasa
Páginas: 400
Precio: 18,90€ 

  


SINOPSIS
Naomi vive con Nicholas desde hace tres años y están en la cuenta atrás de una boda que le trae de cabeza por las intromisiones de una suegra totalitaria. A medida que pasan los días se da cuenta de que ya no soporta a Nicholas: todo es una fachada para presumir en Instagram y preferiría hacerse el harakiri a casarse con él. El rechazo es mutuo, pero ninguno de los dos quiere romper el compromiso, pues el que se eche atrás tendrá que hacerse cargo de lo que han gastado ya en los preparativos de la boda. Empieza así una lucha delirante en la que ambos se sabotean y emplean toda la artillería emocional que tienen a su alcance hasta convertirse en enemigos íntimos. A medida que la fecha de la boda se acerca, su carrera hacia la destrucción mutua se acelera, pero ahora que no tienen nada que perder pueden ser por fin ellos mismos y quizá aún queda alguna esperanza de que crucen la línea de meta juntos. 




Antes de empezar la reseña quiero comentaros que he decidido abrirme una nueva cuenta de bookstagram debido a que la anterior ha sido restringida por parte de la red social (parece que de forma permanente) y no puedo hacer nada (ni seguir, dar like o comentar). Como continúo queriendo compartir contenido y comentar mis lecturas, os animo a que os paséis por ella y me sigáis si os interesa. El enlace es https://www.instagram.com/raquelmargobooks/, y el usuario @raquelmargobooks. No puedo esperar a iniciar esta nueva etapa, ¡nos vemos por allí! <3





Hasta que el infierno nos separe cuenta la historia de Naomi y Nicholas, los dos protagonistas que están a punto de casarse (en tres meses, concretamente) y que, de repente, se dan cuenta de que no se conocen realmente y que lo poco que saben sobre el otro no les gusta. Están hartos de su compañía, pero tienen un problema, y es que si deciden dar el paso de romper el compromiso y no contraer matrimonio, tendrán que hacerse cargo de los gastos que esto conlleva, lo que no están dispuestos a pagar bajo ningún concepto. Es esta premisa la que va desarrollándose poco a poco y se convierte en una guerra silenciosa por ganar la batalla y lograr que sea el otro el que ceda eventualmente y así librarse tanto de la "humillación" pública como de los costes económicos. A esto se le suman dosis de humor, una familia que rechaza a Naomi como futura mujer de Nicholas (sobre todo su suegra), la incomprensión de cómo han llegado hasta ese punto del que no parece haber salida y una porción de positividad que se explota a partir del primer tercio de la novela. 

Me ha sorprendido bastante que, a pesar de que la premisa es divertida, así como muchas de las cosas que dice la protagonista, el tema del que habla esté tan a la orden del día y que trate una cuestión tan fundamental como lo indispensable que es la comunicación en una pareja. Es una reflexión sobre cómo la toxicidad, la intolerancia y la falsedad en las relaciones amorosas pueden ser negativas tanto para la propia relación como para las vidas personales de los dos integrantes de la misma. Incluso se podría decir que hay veces que parece que un libro escrito por una terapeuta de parejas, pues va sacando a lo largo de todas sus páginas acciones o comentarios que en principio son inofensivos pero que luego te das cuenta de que se acumulan y pesan mucho más que al comienzo. 

El punto más negativo que le puedo sacar a Hasta que el infierno nos separe es que tiene un ritmo lento y que, en ocasiones, se hace cuesta arriba. Parece que le cuesta saber a dónde quiere ir hasta la página 150 o 200 aunque el argumento sea tan claro y preciso. Este fallo se lo achaco tanto al ritmo como a la manera de escribir de la autora, pues en este libro en concreto me parece que van muy de la mano. Por supuesto que hay detalles "innecesarios" necesarios, y aunque parece contradictorio lo que acabo de decir, no lo es tanto, porque esas cosas que no nos parecen importantes son las que pueden cimentar la personalidad de los personajes y hacer que nos gusten más o que nos resulten más humanos. Por ejemplo, si la protagonista cada vez que se siente abrumada por algo recurre a su película favorita, se nos transmite la idea de que tiene un significado especial para ella y que opta por ese escape momentáneo para no pensar en lo que le está afectando, que es de una gravedad considerable para ella y que le está generando un cierto estrés. 

Siempre hay ideas detrás de los actos, sutiles o no, y por eso en muchas ocasiones no me molesta tanto leer esa clase de detalles "innecesarios". Sin embargo, este no era el caso de este libro, que se recrea hasta un punto que se hace pesado en apuntes que son repetitivos o que, de verdad, no nos aportan nada como lectores. Honestamente creo que le sobran algunas páginas, con unas 350 hubiera bastado y habría ganado mucho en lo que al ritmo se refiere. Eso sí, hay que reconocer que el peor tramo de la lectura es el primero, porque una vez se supera, llegamos a un relato muy cómico y a la vez entrañable sobre cómo es posible superar algunas adversidades y volver a conocer a una persona si las dos ponen de su parte y no son reticentes a ceder en algunos aspectos de la pareja. 

Como ya he dejado caer, las dosis de humor que aporta Sarah Hogle son de lo que más me ha gustado de todo el libro, y aunque iba prevenida porque lo había visto recomendado por redes sociales, no tenía ni idea de que iba a reír de verdad con muchos de los diálogos que hay en su interior. No exagero, hay frases que me sacaron más de una carcajada y que no me han chocado ni parecido forzadas; admiro a la autora por ello, sinceramente, pues es muy, MUY complicado escribir escenas cómicas y llegar al lector a la primera. Encima es que hay muchas risas inesperadas, que te saca de repente sin que te lo veas venir y algunas de ellas son, o bien por lo surrealista de la situación, o por las pullas con mala intención que sueltan Naomi o Nicholas. 

Naomi es una protagonista que me ha encantado y a la que he detestado a partes iguales. ¿Cómo es esto posible? Pues bien, sus comentarios mordaces, sus ganas de romper con todo lo que conoce y su despreocupación total por quedar bien con todo el mundo (algo que antes la condicionaba enormemente) me han parecido de 10 y han hecho que conecte totalmente con sus motivaciones. Pero no todo es de color rosa (como la portada tan divina del libro, por cierto), y es que su actitud inicial es de niña pequeña con pataletas crónicas. O sea, le guarda un rencor y una hostilidad a Nicholas muy poco merecidas, se queja por mucho más de lo que debería y encima trata con condescendencia al pobre chaval, que únicamente está un poco "apardalado" al principio. ¿Que él se debería preocupar más por conocerla realmente y que debería defenderla de los comentarios hirientes de sus conocidos? Sí, pero le critica por mucho más que eso. Por poner un ejemplo de esta aversión irracional, hasta llega a criticarle por ir a quitar la nieve del porche a sus padres (¿me explicas? Igual es que no quiere que se vayan al otro barrio del golpe).

Por otra parte, Nicholas al principio del libro está un poco abstraído de todo, no se deja conocer y solo tiene tiempo para complacer las peticiones de sus padres. Lo mejor llega cuando empieza a ser él mismo, le pese a quien le pese y descubrimos su amor por la naturaleza y los videojuegos, lo que no encaja con la imagen de chico superficial y con poca personalidad que se nos inculca desde la perspectiva de Naomi. Me ha encantado ser testigo de su increíble evolución, y he de admitir que me ha parecido bastante crush conforme iba avanzando. Es un personaje redondo que demuestra que no tienes por qué ser solo una cosa y que lo más importante para alcanzar la felicidad es no esconder tu verdadero yo. Probablemente haya sido, junto con el humor constante, lo más interesante y novedoso de Hasta que el infierno nos separe, y estoy encantada de ver en la literatura romántica a un chico que no se ciñe a un aspecto de su vida, sino que es completo y complejo. 

Para terminar esta reseña, me gustaría comentar también que me ha fascinado que se hable de las tensiones que hay entre ambas partes de la pareja por el éxito profesional de uno (Nicholas es dentista) y el "fracaso" de la otra (Naomi trabaja en una tienda de antigüedades y no terminó la universidad). Se contempla desde varias perspectivas el asunto, y creo que es tan original que esto esté presente en un libro contemporáneo como necesario, ya que es un problema cotidiano que genera incomodidad en muchos casos. Además, el juzgar la validez de persona por su estatus laboral es ridículo, puesto que no determina absolutamente nada. Naomi también tiene un cambio de mentalidad en este sentido que es genial y que motiva a que sufra un desarrollo maravilloso. En resumen, este libro es una comedia romántica que, superada la primera parte, no solo cumple con las expectativas, sino que nos aporta un dúo de protagonistas insuperable con una química estupenda y unas reflexiones sobre temas como el respeto mutuo y la empatía dignas de ser consideradas. 




                                  PUNTUACIÓN:                                             CANCIÓN A LA QUE ME RECUERDA:







Y vosotr@s, ¿qué opináis de Hasta que el infierno nos separe¿Os ha gustado tanto como a mí?, ¿todavía no lo habéis leído? Contádmelo en los comentarios 💕


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